lunes, 8 de septiembre de 2008

CRÓNICA EXTRAÑA (PARTE I)


La entrada anterior fue muy seria. La idea es dejarse beber por una taza de café mientras se bebe una taza de café... y viceversa...
Es terrible, pero sé que toda esta afición es, a la larga, hija de todo lo que la sociedad del espectáculo tejió en torno al café. Trataré de explicarme: mi gusto por el café fue al principio algo más bien conceptual, en lugar de sensorial; veía, leía o escuchaba aquí y allá la afición por el café de los intelectuales, artistas, escritores y demás cosas; la publicidad/propaganda siempre relacionó (vendió la imagen de) el café (la bebida y el local) con momentos de tranquilidad, de pensar, de reflexionar, de hacer una pausa en la agitada cotidianidad, de conversación amena, de lectura placentera, de trabajo creativo, entre otros. Con todo esto (y lo que haya dejado de mencionar) el café se vio rodeado por un aura connotativo, toda una imaginería, una realidad paralela que, sí, me atrajo.
La cosa es que a mí nunca me bastó con el mañanero café con leche, o con el guayoyo, o con el cerrero; no. Yo quería espresso, cappuccino, mochaccino, latte. Al principio no tuve más remedio que "optar" por las celebérrimas máquinas de Nescafé, pero luego me cansé. Quería también ver esas "locomotoras" haciendo el espresso (1), escuchar el tubo de vapor escupiendo. Entonces pasé a los cafés -los locales-. Siempre pedía cappuccino o mochaccino, sólo que en realidad no sabía en qué consistían estas bebidas: la panna (o chantilly), ¿es requisito para el cappuccino u opcional? El mochaccino, ¿chocolate y espresso en partes iguales o más de uno que de otro? Cosas como éstas me ocupaban tranquilamente 2 horas de noche antes de dormirme (sí, por muy descabellado, esquizofrénico o poético que suene). No había otro camino más que el de la autodidáctica: leer y leer hasta conseguir claves...
Un momento, había otro camino paralelo al anterior: el hazlo tú mismo: eso que veo, que quiero, hacerlo yo mismo en mi casa. Y pasé a eso también.
(Continuará... o debería, por lo menos...)
(1) Lo de "locomotoras" se lo robé a Ítalo Calvino.
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Para finalizar, un video que muestra la extracción del espresso de 3 maneras: muy rápida, muy lenta y perfecta.

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